La electricidad se utilizó por primera vez residencialmente para la iluminación en la década de 1880. Estos primeros sistemas eléctricos eran muy caros y engorrosos, sin embargo, requerían el uso de corriente directa. A medida que los electrodomésticos más pequeños estaban disponibles, también se introdujeron los primeros enchufes. Los primeros inventos incluyeron tomacorrientes tipo bombilla, que se enchufaban directamente a una toma de luz del hogar.
A principios de la década de 1900, varios países habían desarrollado adaptaciones al "Enchufe de conexión separable" de Harvey Hubbell's. A medida que aumentaba la demanda de electricidad en el hogar, también aumentaba la conciencia del riesgo de peligros eléctricos. En la Feria Mundial de 1904, los científicos e ingenieros acordaron por primera vez que se necesitaban estándares globales para la electrotecnología, lo que dio como resultado la fundación de la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC). La introducción de los receptáculos de pared de dos y tres clavijas pronto siguieron.